Claro. Por eso cuando llevás un año atrás de una bicicleta, porque la necesitás, porque te gusta, porque soñaste con ella... cuando por fin te la regalan, ésa mañana, que te levantás con toda la energía del mundo para pedalear hasta Singapur ida y vuelta tres veces.... LLUEVEN CUCHILLOS DE PUNTA, Y ESTÁ TODO EL PUEBLO INUNDADO, y -por supuesto- NO TENÉS PILOTO NI CHUBASQUERO NI NADA QUE SE LE ASEMEJE!!.
O cuando un verano decidís comprarte un bikini super-curioso, color ¡naranja fosforescente! con los bordes deportivos y en una tiendita que no conoce nadie salvo tu mamá -y la señora que la tiene- en el hotel que está perdido en medio de Embalse Río III (Córdoba, Argentina), y en la habitación que está jusssssssto frente a la tuya, habrá una chica de más o menos tu edad CON EL MISSSSSSSSSSSSSSSMO BENEMÉRITO BIKINI.
«La probabilidad de que una rebanada de pan untada de mantequilla caiga con el lado de la mantequilla hacia abajo es proporcional al precio de la alfombra».
HE AQUÍ LA MAYOR VERDAD QUE SE ME HA PRESENTADO EN LA VIDA.
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