jueves, 9 de agosto de 2007

de mi papá...


Mi papá está en Neuquén, Argentina. Se fue hace un año y pico. Llevaba otro año y otro pico sin verlo. Y ésto lo escribió él...

Cuando hace unos días tuve que sentarme frente a un psicopedagogo, recordé que era la primera vez que me enfrentaba a éste prefijo...
Sin tratar de herir susceptibilidades, ni de hablar mal de nadie ausente en éste lugar, pero con toda la disposición de discutir a muerte mi posición anti psicos...lo que sea..., paso a relatar la experiencia, como queriendo afianzar más mi posición...

Cuando me preguntó...cómo era mi mirada fotográfica, le respondí que era serena, delicada...melancólica...
Me gusta fotografiar el otoño, las praderas, las vacas y sus miradas tristes, los paisajes bellos, plácidos...los que dan cierto sosiego...los rostros en quietud, no en pose, pero si en serena mirada a través de una ventana...
Y como era de suponer, la charla derivó en preguntas sobre el por qué de la melancolía, que no confundir con nostalgia, ni con tristeza, ni con angustia...
Y lo que yo no quería desembuchar, al final ya estaba allí...mi tristeza por estar lejos de mis hijos, en contradicción con mi placer y satisfacción, al haber encontrado un trabajo que amo hacer, un ambiente ideal de compañeros, de colores y sonidos a mi medida...

El profesional en cuestión, ya estaba en su terreno...
Había abierto la puerta de mi interior...astutamente...
Así que ya nada se podía hacer, para evitar hablar de cosas que me angustian, que me conmueven, que me ponen melancólico...

Desentrañar algo tan simple y real como lo es mi tristeza por la distancia que me separa de mis cuatro amores, es algo que no es necesario hacer, por lo menos yo no lo necesito..
Los profesionales, los doctores...los psico..., han estudiado casi toda su vida el tema, y podrían tratar de explicarme, el por qué de mis lágrimas de hoy...
Pero para mi es más sencillo, es más fácil de explicar, es más naturalmente lógico...y no me agradan los vericuetos de la terminología médica, para darle significado a las cosas de la vida...los sentimientos...


Mi mirada ya estaba ligeramente humedecida, y traté de evadir el tema...
Entonces hablamos de mis inclinaciones a la música, y del cine...
Y cuando me dijo que le recomendara una película, la que más me gustaba a mí....allí mi mente, en fracción de segundos, elaboró un plan para esquivar lo que se venía...

Si le digo que me gustó mucho, “África mía” (Out of Africa), quien sabe a que lugar de aquel continente irían a parar las conjeturas del por qué Meryl Streep, no se casó con Robert Redford, y de algún amor imposible en mi pasado...
Y si le aconsejaba, “Los Puentes de Madyson”, seguro que adivinaba mi predilección por Meryl, por los amores imposibles otra vez...y quieén sabe qué otro trastorno emocional de mi mente...
Así que barajé del mazo, una de mis predilectas, sin demasiadas connotaciones psicológicas...creo...
Le dije...”La Aldea”, o “The Village”, de Night Shyamalán, mi director más apreciado hoy día...
Y claro...zafé de implicaciones con mi melancolía, con mucho esfuerzo...y me escabullí hablando de la técnica cinematográfica que emplea Night, y sus pocas incursiones en el mundo Hollywodense...
Quedó claro para él, seguramente, cuál es mi perfil dentro de la empresa, y del planeta también...
Pero yo, comprobé una vez más...que a éstos hombres y mujeres...no los necesito...

Porque no me acercan ni siquiera un kilómetro, a los catorce mil que me separan de mis amores...
Porque se les puede mentir, y con astucia, que yo no poseo, derivar la charla hacia lugares irreales e irrelevantes...
Porque yo podría haber dicho que me gustan las películas de terror, nada más alejado de la realidad, y ellos nos catalogarán entonces, en un equis casillero...

Pero no me gusta mentir, a pesar que lo he hecho algunas veces...
Y la que no mentía entonces...ni hoy tampoco...la que me retrata tal cual soy...sin falsedades ni engaños...es mi mirada...

Mis ojos son transparentes...melancólicos...tristes...
Y ellos le dicen a quien está enfrente, sin necesidad de haber estudiado, de tener diploma habilitante...mi verdadera identidad...

Me llamo Eduardo Oscar Epifanio...lo dice mi documento...
Me llaman a veces flaco...lo dice la balanza...
Soy fotógrafo...lo dicen mis fotografías...

Lo que siento, lo dicen mis ojos...lo dice mi mirada...


6/8/07

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