viernes, 16 de noviembre de 2007

CUESTIÓN DE TAMAÑO...

No es una clase sobre el cuerpo humano. O no únicamente. O no principalmente. Y desde luego no hoy.
Me tocó ésta mañana ir detrás de un hermoso "todo-terreno" gris plateado, alto, compacto, nuevito. Íbamos mis enanos y yo hacia la escuela, y evidentemente, quien conducía dicho vehículo, también.
Pero, Dios, manejaba una mujer.
Callejuelas estrechas, coches aparcados a ambos lados, adiós: -"Chicos, hoy llegamos tarde, vale?. Tenemos delante a una amable señora que va a darnos una clase de cómo frenar a cero en todas y cada una de las esquinas venga o no otro auto. Ni bien pare mamá el coche nos tiramos casi y corremos, si?".
Y vuelvo al título: el tamaño. ¡De varias cosas!. A saber: del coche en general (sin matizar si hablamos de la trompa, del largo del eje, etc); de la capacidad de comprender unas dimensiones específicas e invariables; del grosor de la billetera de ciertos hombres que compran a sus mujeres vehículos voluminosos; y por último no diré "de los cerebros", porque estaría metiéndome en un terreno muy pantanoso, y YO NO TENGO UNA 4X4.
¿Por qué tiene que bajarse el conductor del coche que viene en sentido contrario, para marcarle mediante señas, a ésta mujer: "un poquitín más acá... ahí, justo, y ahora... una pizca....eeeeeeso, eso, justo, bien" ...CUANDO HAY UNOS TREINTA CENTÍMETROS DE CADA LADO ENTRE SU COCHE Y LOS QUE ESTÁN A SU VERA?. ¿Y por qué estira el cuello hasta el desgarro casi, y para ver qué?. Los faros siguen allí!. No se menean solos!. Las medidas del capot no varían, por mucho que se acerque a lo que sea!. El largo que tenía su Toyota al salir, será el que tenga todo el trayecto (a no ser, claro, que dedique sus ratos libres a acortarle la trompa a punta de choques).
Yo, que tengo un Seat Ibiza del año del catapúm, que me costó 200€, con un motor que CASI! llega a 1100 centímetros cúbicos, sin dirección asistida, sin elevalunas eléctrico, sin cierre centralizado, sin cubos mágicos ni freno a disco, y que por no tener, ni AmbiPur lleva, tuve ganas de, al adelantarla por la izquierda -no sin antes bajar un cambio, resoplar y decirle a los chicos que se agarraran- dejarle un recuerdito color rojo de puuuuuuuuuuuuuuunta a punta de su coche, como demostración de agradecimiento y colaboración con éste movimiento ya existente que formamos las mujeres independientes y conductoras de éste planeta.
(Pa' que luego digan que sólo podemos irnos a casa a lavar los platos).